martes, 24 de enero de 2012

Modélicos

Una hermandad no deja de ser un asociación de personas, con una estructura más o menos adecuada, flexible y con enlaces entre los miembros de la misma. Un conjunto de hermanos que forman un todo.

Como toda estructura, necesita de un gobierno que fije la estructura mediante la toma de decisiones, mediante el mando, unas veces más democráticos y otras veces más autoritarios. En una hermandad, las teorías de Bakunin no se podrían llevar a la práctica, claro está.

Si hay una hermandad que destaque por un modelo ejemplar de gestión, creo que hay pocas dudas: La Cena.

La hermandad del Domingo de Ramos destaca por su vida social a lo largo de todo el año, dividiendo a la hermandad por grupos, siendo estos coordinados por la Junta. Una especie de "modelo de las autonomías", el que se aplica en España.

Si nos ponemos a enumerar todos los "grupos" de los que dispone la hermandad, tendríamos un ejemplo claro de la buena gestión realizada. Una agrupación musical, coro, grupo de cuerda, cuadrillas plagadas de hombres, una comisión pro-paso, etc.

Pasarse cada día por su casa-hermandad, con bar (hasta las trancas siempre y muy bien llevado) y una bonita plaza para pasar el día, es un claro reflejo de la situación idílica -socialmente- que dispone la hermandad del barrio del Polvorín.

Un claro ejemplo a seguir como modelo de gestión, con sus fallos y sus virtudes, pero lo que está claro, que el objetivo de hacer "hermandad", está más que cumplido.

lunes, 9 de enero de 2012

Buena Muerte: eterno debate

Agrupación musical, banda de cornetas, trío de capilla, ¿banda de cornetas?.

En la historia reciente de dicha señera cofradía agustiniana, el debate, tanto interno como externo, sobre el estilo de la cofradía en la calle ha sido uno de los más moviditos en el panorama cofrade. 

Si analizamos el desarrollo musical en los últimos años, el paso de Cristo ha conocido una agrupación musical - la propia de la hermandad -, así como tres bandas de cornetas y tambores - Tres Caídas, Nazareno y Sangre de San Benito -, hasta el cambio a capilla musical, no sin generar polémica, no solo por la propia decisión en sí, sino por la forma de la toma de decisión, sin pasar ésta por cabildo de hermanos. 

En cuanto al paso de Virgen, éste ha experimentado un cambio progresivo en cuanto al repertorio elegido, dando respuesta a la petición del mundo cofrade onubense, el cual pedía a gritos un repertorio más adecuado. Hoy disfrutamos de un grandísimo y fúnebre repertorio, que colma el buen gusto, pero que no deja, ni mucho menos, contento a todo el mundo.

Un servidor, como hermano de la hermandad, no puede dejar de opinar. Si bien es cierto que tan solo es una apreciación personal de un hermano de número más, sin ninguna responsabilidad, me veo, creo, que en la obligación de expresar, subjetivamente, el estilo que a mi juicio sería el apropiado.

Si tenemos en cuenta los factores que rodean a la hermandad y cofradía, nos encontramos ante una corporación de negro -aunque no riguroso-, con día de salida en Jueves Santo -con sus connotaciones- pero a la misma vez rodeada de niños y niñas pertenecientes al colegio al cual nos encontramos vinculados. 

En cuanto al estilo musical: banda de cornetas y tambores, de corte clásico, elegante y de calidad. Marchas como Refúgiame, A los pies de Tu Santa Cruz, En Tu Buena Muerte, Eucaristía, Señor de Sevilla, etc - por poner algunos ejemplos, el abanico es muy grande - y por supuesto los clásicos de toda la vida. Una banda envolvente, que le de solemnidad al paso de Cristo y que sea un mero acompañamiento, sin lucimiento de solistas ni florituras varias.

En cuanto al paso de Virgen, tengo que discrepar tanto con el repertorio de antes -creo que sobraba- como el actual. Lo veo demasiado fúnebre, aunque es cierto que  apropiado. Mi apuesta sería la de una elección más potente, donde los metales sean los protagonistas, donde se imprima fuerza, carácter, dolor. Cristo en la Alcazaba, Aquella Virgen, Cristo de la Vera Cruz, Cristo de la Buena Muerte, Sevilla Cofradiera, Procesión de Semana Santa en Sevilla y una larga lista de marchas procesionales que se pueden interpretar detrás de la Consolación dejando, a buen seguro, un gran sabor de boca. Apostaría por incluir algunas de estas marchas "frikis" - sin abusar, claro- que pueden dar también mucho juego. Alguna joya del siglo XIX o cualquiera de las grandes composiciones desconocidas que darían ese punto nostálgico, clásico, antiguo y de calidad inconmesurable que dotarían a la cofradía de un caché a buen seguro desconocido por los cofrades de la Buena Muerte.

Veo algún que otro problema a la hora de elegir estos repertorios, sobre todo en el repertorio para banda de música. Paso a enumerarlos:

1) El desconocimiento. Sobre todo a nivel general. Quitando algunas excepciones y algunas cofradías, pocas hermandades cuentan y/o se dejan asesorar por personas entendidas en la materia. 

2) La reticencia del mundo del costal. Por normal general -y otra vez hay que contar con excepciones-, los costaleros alzan la voz ante estos tipos de repertorios-

3) La analogía calidad-fúnebre. La cual no es cierta. 

4) Las cofradías de silencio son las mejores. Llevar música apropiada dice mucho de una cofradía. Cofradías en Sevilla como Amargura, Carretería o Monserrat -por poner algunos ejemplos- no dejan de perder un ápice de calidad por llevar bandas tras sus respectivos pasos. 

Perdonen que me centre solo y exclusivamente en el aspecto musical. Si bien es cierto, que hay muchos matices que se pueden mejorar en otros aspectos de la cofradía, y creo que se va a poder ir avanzando en ellos. Pero será el futuro quien nos indique el camino a seguir y tengo una fuerte esperanza en que en un tiempo no muy lejano, la Buena Muerte sea una cofradía referente en nuestra ciudad. Hay base para ello, solo hace falta pulir el diamante. 


miércoles, 4 de enero de 2012

Las prisas no son buenas consejeras.

La mejora de nuestro patrimonio artístico es, sin duda, una de las piezas fundamentales  de nuestra Semana Santa. Soñamos con nuevos enseres, nuevos palios, nuevos pasos, nuevos bordados, nuevas candelerías, etc. Intentamos optimizar el equilibro entre la relación calidad-precio, siempre con el aval de que los bienes materiales que se adquieren no son, al contrario que la cera, las flores o la música, efímeros.

Pero ese mismo aval se convierte en un quebradero de cabeza. Dichos estrenos se realizan con la idea de que duren lo suficiente. Pero cuando la calidad de lo "nuevo" es patética o regular, tiene que seguir durando lo suficiente y encima cargar con algo que no viene a mejorar la calidad de nuestra Semana Santa.

Últimamente veo hermandades que se empeñan en estrenar mucho en poco tiempo, o estrenar proyectos de envergadura en un  determinado tiempo para que se pueda estrenar en la misma legislatura, o por cualquier motivo similar.

Esto nos resta calidad en conjunto. Mi consejo, y mi deseo, por supuesto, es que, es preferible ir ahorrando y obtener un estreno de calidad, duradero. Que se quede para admiración de las generaciones presentes y futuras. Que quede como orgullo de la hermandad.

En cuanto a los estrenos, hay otro detalle que veo incoherente. Entiendo que cuando es el primer paso que se realiza, hay que ir sacándolo poco a poco, hasta que esté completo. Pero también entiendo que cuando una hermandad ya posee, por ejemplo, un paso, y quiere obtener otro, veo más factible no estrenarlo hasta que esté finalizado en su conjunto. Se me vienen casos como el paso del Nazareno. Para qué sacarlo sin dorar si ya poseía otro paso dorado. En el caso de las bambalinas del Valle, creo que más de lo mismo. Me gusta más el "todo o nada". Como no, y como nos tienen acostumbrado, la Hermandad del Calvario sí supo ver todo esto en el estreno de su palio.