miércoles, 18 de julio de 2012

Niños jugando a ser mayores.

Preocupante. Muy preocupante.

El afán de protagonismo y de adquirir competencias que no corresponden por edad ha aumentado considerablemente en el mundo de la Semana Santa. Chavales jugando a ser capataces, hermanos mayores o a colocarse un costal bajo el brazo y adquirir un argot costaleril que roza el ridículo.

Vergüenza ajena pude sentir hace poco viendo "algunos" pasos donde el capataz mandaba que ni el capataz de Los Gitanos. Donde el egocentrismo sobraba a raudales.

Señores, eso no es cantera, como muchos lo intentan hacer llamar. Eso es quemar a los chavales desde primera hora. Así no se consigue nada.

Con quince años, que se preocupen más de ligar y de romperse las piernas jugando al fútbol que de colocarse un costal o un terno negro.

Es un simple consejo...